lunes, 22 de julio de 2013

Buenos días son cuando despierto a tu lado. Te quiero

Miles de horas dando vueltas en la cama, imaginándote a mi lado, junto los pies y cogiéndote bien fuerte de la tripa para no soltarte. Te echo de menos, te echo de menos tantísimo, hasta el punto de llegar a volverme loco porque siento la necesidad de oír tu voz, de olerte el pelo, de besarte las manos, la frente, de perderme en tu cuerpo y recorrerlo con las yemas de los dedos. La necesidad de volver a aquellas noches donde se nos cerraban los ojos cogiéndonos de la mano; y aquellas mañanas despertando tardísimo o madrugando, daba igual, pero estábamos los dos enredados entre las sabanas.
Te necesito ya, necesito un simple suspiro tuyo que me calme los nervios y me ponga la piel de gallina. Necesito oír tu risa en un instante donde se pare el tiempo y estemos juntos. Necesito olerte, olerte entera todos y cada uno de los huecos escondidos por tu cuerpo. Te necesito a ti. TE NECESITO.




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